Digitalizar los pueblos de montaña de Panamá

Eusebio
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Historia de la FAO

Cómo los jóvenes indígenas han introducido la era digital a su región

En Panamá, los jóvenes indígenas juegan un papel fundamental para garantizar la conectividad y el desarrollo de habilidades digitales en cuatro organizaciones productoras de los pueblos indígenas Ngäbe Buglé. © Fao/Catalina Acosta

26/05/2025

En la parte occidental de Panamá, en una región montañosa llamada Ngäbe Buglé, el clima impredecible es una constante. Los cambios abruptos del clima tropical pueden sorprender fácilmente a aquellos que no están acostumbrados a pasar de cielos soleados a lluvias torrenciales en un solo día.

Los pueblos indígenas Ngäbe Buglé, o Ngäbes, como se les conoce comúnmente, viven entre estas colinas, lejos de las grandes ciudades. Estos hombres y mujeres están acostumbrados a viajar largas distancias, ya sea a pie o a caballo, siguiendo caminos de tierra que son difíciles de acceder y a menudo son intransitables debido a la lluvia.

Solo una virtud de este entorno, los Ngäbes están en contacto constante con la naturaleza, y su lejanía les ha ayudado a preservar sus tradiciones y fortalecer su sentido de comunidad.

Sin embargo, también conduce a desafíos como altos niveles de pobreza y falta de acceso a servicios básicos, particularmente cuando las carreteras son inaccesibles. En esta área, donde la agricultura y el ganado de subsistencia son predominantes, la falta de infraestructura adecuada también a veces daña a los agricultores y jóvenes familiares que buscan oportunidades económicas y de vida. El acceso a la conectividad digital, por ejemplo, a menudo es difícil, especialmente cuando la señal de Internet débil, ya insuficiente para conectar una computadora, se interrumpe por la lluvia.

Una oportunidad para abordar algunos de estos desafíos persistentes se produjo con capacitaciones de alfabetización digital, ofrecida por una iniciativa conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la República Popular de China. Como parte del Programa de Cooperación Sur-Sur, FAO junto con la comunidad de estados latinoamericanos y caribeños (CELAC) lanzó el proyecto “Transformación e innovación digital en la agricultura” para ayudar a revitalizar los medios de vida rurales y apoyar a los productores pequeños y medianos en Panamá y otros 11 países de la región.

Como parte del programa de cooperación South-South South-South de FAO-China, los expertos de China brindaron capacitación sobre agricultura digital, compartiendo sus propias experiencias con miembros de la comunidad. © Fao/Catalina Acosta

En Panamá, el proyecto involucró a cuatro organizaciones de productores de la región Ngäbe Buglé. Durante el proceso de diseño, el equipo fue apoyado por dos expertos enviados por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China, uno enfocado en la agricultura digital y el otro en la digitalización rural, que visitaron el área para compartir su experiencia y brindar capacitación a la FAO y los técnicos gubernamentales, así como para hablar con miembros de las comunidades.

Juan Cedeño (20) y Milka Rodríguez (23) fueron dos miembros de la comunidad Ngäbe particularmente entusiasmados con esta oportunidad y terminaron jugando un papel especial en la implementación del proyecto. Tanto los jóvenes indígenas apoyan a sus familias en el trabajo agrícola y, al mismo tiempo, están estudiando para obtener un título en educación intercultural bilingüe en la Universidad Autónoma de los Pueblos Indígenas (UAPI).

Todos los viernes, viajan a la universidad ubicada en Llano Tugrí y se quedan allí hasta el domingo, cuando regresan a sus hogares en Cerro Tula y Cerro Gavilán. Para Juan, el viaje a la universidad puede tomar entre una hora y media y dos horas, ya que tiene que caminar parte del camino. El viaje de regreso, por otro lado, puede tomar unas cuatro horas, ya que generalmente camina todo el camino.

Su participación en el proyecto comenzó porque sus padres, líderes de dos de las asociaciones, los instaron a participar en esta capacitación celebrada en la Fundación Nuestra Señora del Camino, una entidad que junto con el Instituto de Innovación Agrícola de Panamá (IDIAP), fue clave en la implementación de la iniciativa.

“La oportunidad llegó con FAO y mi papá me involucró porque la tecnología ya avanza y tenemos que aprender más”, recuerda Milka.

“Me interesé en esta asociación gracias a mi madre, ya que ella ya estaba involucrada antes … desde una edad muy temprana, me ha gustado participar en algo que impacta positivamente a la comunidad”, reconoce Juan “, reconoce Juan

Durante cinco semanas, Milka y Juan ajustaron sus horarios y responsabilidades para asistir a clases, con el objetivo de reforzar su conocimiento previo y adquirir nuevas habilidades en el uso de Internet, redes sociales, software de trabajo y uso de tabletas y computadoras portátiles.

Su interés y compromiso los hicieron destacar en la capacitación, ayudando a otras personas en la clase y ayudando al facilitador.

Arquimedes Pérez, oficial de tecnología de la información de la FAO en la oficina subregional de Panamá, reconoció su talento y liderazgo natural y les pidió que ayuden a instalar las antenas y el equipo tecnológico entregados a las asociaciones.

Durante meses, lo acompañaron y aprendieron a configurar tabletas y computadoras portátiles y resolver errores técnicos comunes. También fueron capacitados en el cuidado y mantenimiento de los paneles solares que se instalaron para proporcionar electricidad a las cuatro asociaciones comunitarias.

“La juventud es la renovación de las comunidades”, comenta Arquimedes. “El objetivo de involucrar a los jóvenes de cada comunidad es para que puedan proporcionar apoyo de primera línea a sus asociaciones”, explica.

Arquimedes Pérez entrenó a Milka y Juan en la instalación y configuración de antenas satelitales, conexión de computadoras y tabletas a Wi-Fi y formas de cuidar los paneles solares y otras tecnologías proporcionadas por el proyecto. © Fao/Catalina Acosta

La participación de Milka y Juan en el proyecto les ha permitido racionalizar su trabajo, explorar nuevos canales de ventas para los productos de la organización de productores y aprender sobre otros temas de interés para ellos.

De hecho, ya han creado cuentas de redes sociales para promover y comercializar productos. Milka, por ejemplo, ya ha vendido productos como artesanías, granos y legumbres a personas de dentro y fuera de la comunidad.

Además, acceden a la información en línea sobre técnicas agrícolas, pronósticos meteorológicos y mercados, lo cual es esencial para sus decisiones de cosecha y comerciales.

Milka y Juan comparten el conocimiento adquirido con otros jóvenes en la comunidad, de modo que también aprenden a usar mejor dispositivos tecnológicos y resolver los problemas básicos que pueden surgir. Las nuevas herramientas digitales prometen proporcionar un mayor acceso a la información y las oportunidades para toda la comunidad, los jóvenes en particular.

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