La prevalencia de casos de candidiasis en Panamá (198 casos por 100.000 habitantes) es menor en comparación con los países vecinos. La mayor prevalencia de candidiasis vulvovaginal en mujeres mostrada en este estudio es mínima en comparación con las mujeres mexicanas, donde al menos 2.5 millones de mujeres experimentan cuatro o más episodios de RCV por año25. Si bien muchas de las condiciones que se presentan en Panamá son comparables a las de México, como el RCV en mujeres en edad fértil, muchos de los casos registrados corresponden a niveles de salud hospitalarios, campos que incluirían los sectores de salud secundario y terciario, lo que daría lugar a cifras incomparables. Esto se debe a que este estudio incluye casos atendidos en centros de atención primaria, lo que indica una marcada subestimación de los casos. A nivel mundial, se estima que entre el 70% y el 75% de las mujeres experimentarán vulvovaginitis al menos una vez en su vida, y entre el 5% y el 9% tendrán casos recurrentes. En Ecuador se ha reportado que las mujeres embarazadas tienen una prevalencia del 81% de C. albicans, y se indica que el aumento de esta infección es causado por la diabetes, el uso de anticonceptivos y los cambios hormonales33. Además, el 57% de los casos se clasificaron como candidiasis no especificada, lo que puede contrastarse con la prevalencia del 25% en África, donde la falta de herramientas de diagnóstico avanzadas (p. ej., MALDI-Tof, PCR o pruebas serológicas) dificulta la correcta identificación de las especies31. En países como Vietnam y Perú, la microscopía y el cultivo están disponibles en múltiples centros de salud, lo que garantiza una base mínima para la identificación34,35. Sin embargo, las pruebas avanzadas siguen siendo limitadas y concentradas en la zona de la capital del país, lo que provoca una falta de notificación y retrasos en el tratamiento.
La estomatitis por cándida mostró una prevalencia del 40%, similar a un informe en la población anciana griega (39,6%), donde el factor más asociado fue el uso de prótesis dentales, acompañado del uso nocturno y la mala higiene36. Además, también se observó la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes. La prevalencia de candidiasis en ciertos casos clínicos, como sepsis pulmonar, urogenital, endocarditis o piel y uñas, fue considerablemente baja, con sólo 1 a 4 casos reportados. La sepsis tuvo una prevalencia de 1, que sigue siendo baja en comparación con otros países. La candidiasis invasiva es la principal causa de sepsis por hongos en la UCI, representando entre el 10% y el 15% de las infecciones por hongos y el 5% de todos los casos de infecciones graves. la sepsis o shock séptico37 tiende a presentarse con mayor frecuencia en pacientes críticos hospitalizados, destacando la vulnerabilidad de esta población, la meningitis por Candida es una de las formas menos comunes, con una prevalencia de 0,09/100.000 habitantes38. La baja prevalencia de esta forma de candidiasis puede deberse a múltiples factores, sin embargo, se asocia principalmente a la inhalación de esporas en pacientes con sistemas inmunológicos severamente debilitados, lo que no podemos descartar. la posibilidad de que esta menor prevalencia de meningitis pueda estar asociada con cambios estacionales más marcados, por ejemplo, las estaciones más cálidas. Esto sugiere una relación entre el clima cálido y una disminución de la enfermedad; los países con climas más cálidos, como Panamá, tienen menos casos de este tipo. La endocarditis por Candida representa del 1% al 2% de los casos de endocarditis a nivel mundial; sin embargo, su asociación con la mortalidad es significativa, ya que se observa en el 30% al 80% de las muertes y ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. años39. La candidiasis de piel y uñas tiene una prevalencia habitual inferior al 5,5%, siendo eclipsada por los casos causados por dermatofitos40. Los casos urogenitales, particularmente la candiduria, tienen una frecuencia aproximada del 4,6%, lo que concuerda con nuestros datos41. Los casos pulmonares se consideran raros y aislados, y se asocian con otras afecciones, principalmente tuberculosis o el uso de ventiladores mecánicos42.
Nuestros hallazgos pueden verse influenciados por factores como una población total más pequeña y un acceso limitado a los servicios de salud en ciertas regiones. Los países más desarrollados, como Estados Unidos y Canadá, también tienen un mayor número de casos per cápita debido a un diagnóstico accesible y eficiente23,24. Por el contrario, los países en desarrollo, como Irak, han demostrado un menor número de casos, lo que pone de relieve los desafíos en el diagnóstico de esta infección30.
Informamos una prevalencia significativamente mayor de candidiasis en mujeres, una tendencia documentada consistentemente en estudios previos, especialmente para el tipo vulvovaginal43,44. Las condiciones intrínsecas del cuerpo femenino, como los factores anatómicos, metabólicos y socioculturales, juegan un papel crucial en esta diferencia, como lo discuten Vieira-Baptista & Bornstein45. Al medir la prevalencia de infecciones por Candida en hombres, es importante considerar la posibilidad de patologías asintomáticas, particularmente balanitis. Esto contribuye al subdiagnóstico y subregistro de casos de candidiasis en este grupo, lo que lleva a una baja prevalencia de candidiasis masculina en el territorio nacional, como se observa en este estudio.
En el caso de los neonatos, la prevalencia reportada puede estar asociada a múltiples factores de riesgo, como edad menor de 28 días, hospitalización en unidad de cuidados intensivos, uso de ventilador mecánico, nutrición parenteral y tratamiento con antibióticos46. Cabe destacar que en América Latina la tasa de adquisición de candidiasis presenta un patrón similar al VIH, ya que se transmite de madre a hijo47. Además de este espectro de posibles fuentes de infección, la dermatitis del pañal puede aumentar aún más las tasas, ya que se usa ampliamente en bebés menores de 5 años48.
En mujeres embarazadas de 20 a 24 años, la alta incidencia de candidiasis reportada podría estar asociada a factores como las uniones libres, el uso de jabones íntimos, duchas vaginales y, en última instancia, el estado civil de la mujer49,50. El divorcio y la viudez tienden a ocurrir con mayor frecuencia a edades más avanzadas, lo que se refleja en los datos que muestran una disminución en la prevalencia de candidiasis a medida que aumenta la edad.
Las provincias con mayor prevalencia reportada de candidiasis (Los Santos y Veraguas), son áreas rurales de difícil acceso. Otros estudios también han señalado la alta prevalencia de candidiasis en las zonas rurales50,51. Esto puede atribuirse a factores como el acceso limitado a la atención sanitaria y el impacto de la densidad de población en las tasas de prevalencia. Las áreas con menos habitantes tienden a tener valores de prevalencia más altos debido a un denominador más pequeño. Las tasas de prevalencia nacionales también se ven influenciadas por la distribución espacial, y las tasas aumentan en las regiones más alejadas de la ciudad capital.
En la Comarca Ngäbe Buglé, la baja prevalencia de candidiasis probablemente se deba al subdiagnóstico y subnotificación de casos. La organización panamericana ha identificado varias barreras que enfrentan los pueblos indígenas, incluidos factores geográficos, socioculturales y económicos, que limitan su acceso a una atención médica de calidad52. Una tendencia notable en los datos epidemiológicos de Panamá es la disminución significativa de los casos de candidiasis en 2020. Esto podría atribuirse a un menor impacto debido a la pandemia de SARS-CoV-253. Esto sugiere que la falta de informes precisos puede haber dado lugar a una subnotificación de casos reales, lo que dio lugar a un recuento erróneo.
La alta prevalencia de candidiasis en las zonas rurales de Panamá se puede comprender mejor mediante un enfoque que vincule la evidencia epidemiológica con los determinantes estructurales y de salud. Un estudio realizado en el Centro de Salud Morro Solar en Perú encontró una prevalencia significativa de C. albicans (31,27%) en mujeres en edad fértil y reveló que provenir de áreas rurales se asoció estadísticamente de manera significativa con mayores tasas de infección (p < 0,05)54. Además, entre los factores epidemiológicos asociados se encuentran el uso de antibióticos (17,7%) y, de manera más destacada, el no uso de preservativo (23,89%), ambos estadísticamente significativos (p < 0,05). Esto demuestra cómo los factores de comportamiento y exposición aumentan el riesgo de candidiasis en entornos rurales.
Por otro lado, la Carpeta Sectorial PENCYT 2025-2029 indica que el sistema de salud pública de Panamá enfrenta profundas desigualdades, como una marcada fragmentación, una mayor concentración de personal médico y camas hospitalarias en áreas urbanas, y serios desafíos de acceso y cobertura en regiones rurales e indígenas 55. Aunque el análisis proporcionado anteriormente no desglosa directamente la candidiasis, los determinantes estructurales descritos contribuyen al retraso en el diagnóstico y a una sobrerrepresentación de casos en áreas rurales vulnerables. La candidiasis puede estar relacionada con múltiples factores como el VIH, la diabetes, la inmunosupresión inducida por medicamentos o el uso de antibióticos aumentan la probabilidad de infección por Candida y crecimiento excesivo56. Además, los factores socioeconómicos presentan otra forma de ver la situación, ya que la desigualdad económica conduce a un acceso desigual a la atención y el tratamiento clínicos, disparidades en el saneamiento, desnutrición, desplazamiento forzado y otros factores que comprometen la exposición de la población a entornos donde la proliferación de hongos es favorable o que pueden debilitar el sistema inmunológico en algunos casos. manera.
Panamá informó 70 muertes por candidiasis en un período de once años. Este porcentaje es relativamente bajo en comparación con Italia, España, Brasil y Grecia, que registraron una tasa de mortalidad mensual de aproximadamente el 27% debido al shock séptico57. La mortalidad en Panamá fue particularmente pronunciada entre los niños menores de un año. Un fenómeno similar se observó en un estudio retrospectivo en Taiwán, que reportó una tasa de mortalidad hospitalaria en neonatos del 42%, lo cual es extremadamente alarmante58. El grupo de edad mayor de 65 años también experimenta una tasa de mortalidad significativa, ya que muchos pacientes de este grupo pueden estar inmunocomprometidos y tener comorbilidades, dispositivos o medicamentos que aumentan la probabilidad de desarrollar shock séptico59. En Panamá se estimaron más de 85.000 casos de enfermedades fúngicas en 2022, siendo la candidiasis recurrente la más común, junto con la candidiasis oral y esofágica en personas con VIH16. Cabe señalar que la candidemia se asocia con cáncer, diabetes, inmunosupresión u otras formas de inestabilidad clínica crítica, mientras que los casos mucocutáneos se relacionan con pacientes con VIH. La candidiasis vulvovaginal no requiere factores predisponentes para que se produzca. Sin embargo, el estudio se centró en los parámetros de prevalencia e incidencia de los casos, excluyendo los casos de mortalidad de los detalles detallados. Por tanto, los 70 casos notificados requieren una revisión de los parámetros clínicos y más información por parte de los centros que los notifican.
Para mejorar el diagnóstico de candidiasis y otras infecciones fúngicas en Panamá, es fundamental implementar cambios específicos en el sistema de salud actual, inspirados en el modelo desarrollado por el Fondo de Acción Global para Infecciones Fúngicas (GAFFI) en Guatemala27. Esto implica fortalecer la infraestructura de diagnóstico mediante la creación de laboratorios de referencia especializados y ampliar la capacidad de los laboratorios regionales para procesar pruebas de infecciones fúngicas graves. De igual forma, es fundamental brindar capacitación continua al personal de salud, incluidos médicos, técnicos de laboratorio y personal de salud pública, en la identificación temprana y el manejo adecuado de estas infecciones.
Varias técnicas no basadas en cultivos han surgido como prácticas clínicas apropiadas para el tratamiento, incluida la detección de antígenos, las pruebas basadas en PCR y las tecnologías de secuenciación de próxima generación60. La combinación de estas técnicas aumenta la precisión del diagnóstico, lo que conduce a un mejor tratamiento fúngico antes de la muerte del paciente. Asimismo, las tecnologías de microfluidos y los sistemas de inteligencia artificial muestran el potencial de transformar el diagnóstico hacia métodos más rápidos y menos invasivos. Estos ya se han observado en sistemas de salud más sólidos, lo que puede indicar una correlación entre su aplicación y la identificación precisa de infecciones fúngicas61,62. Sin embargo, el acceso desigual a estas técnicas, los altos costos y la falta de personal especializado limitan su implementación, generando una falta de diagnóstico oportuno y siendo un factor clave en el subregistro de muertes por infecciones fúngicas63.
La utilización de una herramienta interactiva como el tablero desarrollado en R Shiny significa un avance importante en la gestión de datos epidemiológicos en Panamá. También mejora la visualización de datos, permitiendo la observación de patrones a través de la distribución geográfica o temporal, facilitando así una comprensión más profunda de los datos disponibles. Esta herramienta ha demostrado ser eficaz en el seguimiento de diversas enfermedades como la lengua azul, el virus del Nilo Occidental, la brucelosis y la malaria60. Además, ha desempeñado un papel crucial en el control de enfermedades de nivel pandémico como el SARS-CoV-265.
