Inteligencia artificial para mejorar vidas

Eusebio
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EJECUTIVA DIRECCIÓN DE INNOVACIÓN DIGITAL DEL ESTADO, CAF -BANCO DE DESARROLLO DE AMÉRICA LATINA-

Este artículo fue escrito por Maria Isabel Mejia y Martha Cecilia Rodríguez.

Con varios contextos y a diferentes escalas, los países latinoamericanos enfrentan desafíos de desigualdad, baja productividad, falta de transparencia y corrupción, al tiempo que comparten un compromiso global de revertir la debacle ambiental.

La región enfrentará el escenario post-pandémico en medio de una recesión y una mayor deuda pública y privada, lo que puede conducir a la pérdida de logros alcanzados en las últimas décadas. Para volver al crecimiento sostenido y reducir la desigualdad, las estrategias de desarrollo de cada país deberán adaptarse para optimizar el uso de sus recursos para reforzar los sistemas de educación y atención médica, y cerrar la brecha de digitalización, lo que dará como resultado una mayor productividad y inclusión.

Estos desafíos solo pueden abordarse diseñando nuevos modelos sociales y políticos, con valores de libertad e igualdad en el fondo, para construir la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas. Esto requerirá una capacidad estatal renovada para ofrecer bienes y servicios públicos con transparencia, frenando la corrupción.

En la CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina, la Dirección de Innovación Digital del Estado (DIDE) bajo la Vicepresidencia de Conocimiento, promueve la modernización del estado al promover gobiernos más ágiles, abiertos e innovadores, basándose en nuevas tecnologías e inteligencia de datos, para promover una eficiencia mejorada de la gestión pública y la calidad de los servicios ofrecidos a los estadounidenses latinos. Actualmente, Dide está promoviendo una iniciativa regional destinada a alentar al sector público de los países latinoamericanos a generar un valor social y económico basado en el uso estratégico de datos e inteligencia artificial (IA).

En este contexto, las autoridades municipales de los países asociados de la CAF se pidieron que presentaran proyectos que ayudan a abordar los problemas públicos, a través del uso estratégico de datos e IA. La respuesta a la llamada muestra ideas muy prometedoras sobre lo que está sucediendo en la región en torno a este problema.

Primero, vale la pena señalar el número y el origen de las propuestas, que muestra el gran interés de los municipios y ciudades de la región para desarrollar tales proyectos que buscan mejorar la gestión pública, la transparencia y los servicios a los ciudadanos. Se recibieron un total de 89 proyectos de 70 ciudades y municipios, de 11 países de la región: Argentina (18), Bolivia (1), Brasil (6), Chile (5), Colombia (29), Costa Rica (2), Ecuador (10), México (9), Panama (3), Perú (3) y Venezuela (3).

La diversidad de temas cubiertos en las propuestas es inmensa, lo que muestra que la inteligencia artificial es una tecnología transversal que puede contribuir a la solución de múltiples problemas públicos, que podría clasificarse de la siguiente manera:

Proyectos para mejorar el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas públicas, con iniciativas relacionadas con la innovación y el desarrollo productivo, la protección del medio ambiente, el alivio natural de los desastres, el apoyo a las víctimas de conflictos armados y el bienestar de la población adulta. Proyectos para mejorar el diseño y la prestación de servicios a ciudadanos y empresas, con soluciones para servicios públicos a través de bots de chat, atención médica, seguridad pública, justicia, tránsito y recolección y transporte de desechos hospitalarios peligrosos. Proyectos para mejorar la gestión interna de las agencias gubernamentales, destacando iniciativas relacionadas con la contratación pública.

El potencial de escalada y replicación de tales proyectos también es significativo no solo en el país que los desarrolle, sino también en otros países de la región y el mundo que enfrentan desafíos similares. Ejemplos de esto son la propuesta ganadora “Inteligencia artificial para la predicción de irregularidades e ineficiencias en la contratación pública” del Contralor del Distrito de Bogotá, Colombia, y la mención de honor, “Advertencia temprana inteligente (SECT)” para detectar brotes tempranos o potenciales basados ​​en comportamientos colectivos, presentado por la municipal de la Martín de la Martín de la Provincia de Buenos.

Solo el 20% de los proyectos presentados estaban estructurados y en la etapa de implementación o listos para comenzar, y habían completado sus etapas de diseño, pilotos y/o pruebas de concepto, que podrían ser un signo de barreras para avanzar a las etapas posteriores, y por lo tanto surgen algunas preguntas: ¿en qué medida existe la necesidad de un mayor conocimiento entre los líderes del sector público sobre las oportunidades y los desafíos de usar datos y tecnologías emergentes como ai? ¿Qué factores como la falta de voluntad política, la escasez de recursos humanos o financieros son más relevantes para dar continuidad a este tipo de iniciativa? Alternativamente, ¿estas iniciativas progresan a un ritmo más lento en el sector público porque existe una alta aversión al riesgo público, una cultura incipiente de innovación o capacidades limitadas para la estructuración financiera y la ejecución del proyecto?

La iniciativa de CAF abordará estas preocupaciones y continuará elaborando sobre estos y otros temas, en un intento por comprender el estado del arte del uso estratégico de datos e IA en el sector público internacionalmente, crear conciencia sobre sus oportunidades de uso y los países y ciudades de apoyo en la región en el diseño e implementación de políticas, planes, programas y proyectos de datos de datos y AI.

Se espera que esto produzca recomendaciones prácticas para los países latinoamericanos, ya que no hay duda de que el uso estratégico de los datos y la IA puede ser una palanca poderosa para que el sector público en la región genere un valor social y económico, siempre que su implementación esté guiada por las políticas públicas apropiadas, respaldadas por los marcos éticos y regulatorios que promueven un uso responsable.



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