El tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza de 2023 –acceso al trabajo decente y a la protección social– resuena profundamente en Panamá, tanto por los logros que ya se han logrado en el país como por las innovaciones que aún se necesitan para que siga avanzando en materia de pobreza y equidad.
La historia económica reciente de Panamá ha estado marcada por una destacada creación de empleo. El rápido crecimiento económico del país entre 1990 y 2019, con un promedio del 5,8 por ciento, superó ampliamente al de la región, que creció un 2,6 por ciento. En Panamá, el crecimiento económico ha sido un catalizador para mejorar las condiciones laborales.
.Como resultado, el porcentaje de personas que viven en la pobreza, definida como aquellos que viven con un ingreso diario por persona inferior a 6,85 dólares, se desplomó del 50,2 por ciento en 1989 al 12,9 por ciento en 2021. No sólo eso, sino que Panamá también ocupa el tercer lugar. La clase media más grande de la región, definida como aquella que vive con un ingreso diario por persona de entre 14 y 80 dólares estadounidenses, como porcentaje de su población, solo superada por Uruguay y Argentina.
Panamá también ha introducido importantes programas de protección social, como PASE-U, el subsidio universal de educación, y Panamá Solidario, el programa de emergencia que ha ayudado a mitigar los impactos económicos de la pandemia entre los hogares panameños.
Los desafíos estructurales aún están en el horizonte
A pesar de estos importantes logros,
. Esta desigualdad tiene sus raíces en parte en un mercado laboral desigual, donde los empleos son de baja calidad para algunos grupos, especialmente los trabajadores rurales y con bajo nivel educativo. Los trabajadores panameños tienen niveles más bajos de beneficios y seguridad laboral que antes de la pandemia, y el Índice de Calidad del Empleo ha caído del 72 por ciento en 2008 al 67 por ciento en 2021.. Por ejemplo, en 2019, el 20 por ciento más pobre ganó solo el 1,2 por ciento del ingreso laboral total del país, mientras que el 20 por ciento más rico reclamó el 32,7 por ciento. Los trabajadores informales ganan menos de la mitad de lo que ganan los trabajadores formales, y los trabajadores agrícolas ganan sólo una cuarta parte de los ingresos laborales promedio de los trabajadores urbanos.
Las disparidades geográficas en Panamá también son significativas.
. En las comarcas indígenas, el 69,4 por ciento vive en la pobreza. Además, las comarcas todavía están en gran medida desatendidas, con acceso limitado a servicios básicos como electricidad, agua y saneamiento.Además, Panamá está muy expuesta a los efectos del cambio climático. Recientemente hemos visto en las noticias cómo el Canal de Panamá ha alcanzado niveles de agua históricamente bajos y ha restringido su tráfico. Los panameños pobres están desproporcionadamente expuestos a los efectos del cambio climático: según la Encuesta de Propósitos Múltiples de 2019, alrededor del 19 por ciento de los pobres informaron haber sido afectados por desastres naturales en los 12 meses anteriores, en comparación con el 8 por ciento de las personas de la clase media. Además, debido al aumento del nivel del mar, los miembros del grupo étnico Guna se están viendo obligados a trasladarse de sus islas ancestrales al continente.
Innovaciones para abordar los desafíos pendientes de Panamá
En reconocimiento de la importancia de abordar estos desafíos, Panamá los ha convertido en un elemento central de su agenda nacional.
Por ejemplo, el Plan Estratégico del gobierno 2020-2024 describe prioridades como cerrar las brechas regionales y étnicas en los indicadores sociales y económicos. En 2022, el gobierno lanzó el Plan Colmena, una iniciativa intersectorial para fortalecer la capacidad local y promover la participación comunitaria en la prestación de servicios públicos. También desarrolló el Plan Estratégico Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (2019-2024) para impulsar la capacidad de innovación y el emprendimiento. Además, Panamá ha dado pasos importantes para promover la resiliencia después de desastres con el Fondo de Seguro de Riesgo de Catástrofe del Caribe (CCRIF SPC), su póliza de seguro paramétrico de exceso de lluvia; ahora debería apuntar a desarrollar un sistema de protección social adaptable basándose en su registro nacional de beneficiarios recientemente desarrollado.
El Banco Mundial está ayudando a abordar estos desafíos. Por ejemplo, ha financiado fundaciones de políticas en Panamá para fomentar el crecimiento económico sostenible y con bajas emisiones y la resiliencia al cambio climático, y está preparando una Evaluación de Pobreza y Equidad para abordar las lagunas de conocimiento sobre las barreras más apremiantes a la pobreza y la prosperidad compartida en Panamá.
.
Para recibir un artículo semanal,
Suscribir
Artículos relacionados